domingo, 28 de diciembre de 2008

PLANTAMOS MORERAS EN EL PATIO DE LA ESCUELA DE VILLASECO


Gusanos de seda (bombix mori)
Foto: Carlos Blanco

MORERAS EN EL PATIO
DE VILLASECO


Hemos plantado, en el patio
de la escuela, dos moreras,
los niños de Villaseco,
su maestro y su maestra.
Don José hizo los hoyos,
Don Francisco fue a por ellas
-a la capital de El Tormes-
y, a falta de furgoneta,
fue a buscarlas en camión,
pues eran grandes y esbeltas
y Daniel le acompañó,
también Marta, Carlos, Celia.
Entre todos las pusimos,
ahora hay que esperar que crezcan
y que broten de sus ramas
hojas verdes, grandes, frescas.

Existen unas orugas,
que se alimentan de ellas,
voraces desde que nacen
y, aunque muchos no lo crean,
pueden hacerse tan gordas
como los dedos que tiene,
en las manos, Tía Manuela.

Y se cambian de camisa
como lo hacen las culebras,
pero son inofensivas;
las hay macho y las hay hembra.
Dejan de comer de pronto
y después, a la carrera,
sale y sale por su boca
un hilo fino de seda
-de más de quinientos metros-
y comienzan a dar vueltas
y más vueltas y más vueltas...

Construyen bellos capullos
y luego dentro se encierran;
se sumergen en un sueño
de crisálidas de cera.
Sufren la metamorfosis,
palabra larga y muy fea,
maravilloso regalo
de "Madre Naturaleza".
Y, de buenas a primeras,
como por arte de magia,
como mozas quinceañeras,
emergen de los capullos
damas que revolotean
y, tras el baile nupcial,
machos y hembras se aparean.

Son mariposas polillas,
blanquecinas y no vuelan,
que ponen cientos de huevos,
pero eso solo las hembras.
Y de todos esos huevos,
aunque alguno no lo crea,
pequeños gusanos negros
nacerán en primavera,

Cuando broten las moreras,
con sus hojas tiernas, frescas...
podremos tener gusanos,
muchos gusanos de seda.

Autor: Carlos Blanco

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