Mi buena amiga Lía, desde Ponferrada, en El Bierzo, se posó en estas ramas y dejó este "regalo poético" para que lo disfrutemos. Gracias por venir a ellas y gracias por tu poema.
LA NOCHE Y EL DÍA
LA NOCHE Y EL DÍA
Cuando el Sol calienta fuerte
allá por el mediodía,
la Tierra guarda sus rayos
recoge su media sonrisa,
y espera pacientemente
hasta que la noche acaba,
y de paso...
al siguiente día.
Y con el día, el alba
y con el alba...
la alegre noticia,
de ver el Sol al poniente
y la Tierra que espera dormida,
la Luna que guarda la noche
y el gorrión...
que desde su nido vigila.
Y así un día y otro
el Sol va marcando la orilla,
la orilla que llama a la noche
y la que le canta a la vida,
la que sabe donde encontrar
aquella alegría perdida,
que se escondió bajo techo
y el Sol...
la rescató para tí solita.
Para tí que quisiste tener
aquella sonrisa perdida,
de aquel Sol que era grande
que entraba en tus sueños de niña,
y que por orden del mundo
se convirtió en astillas.
Pero la astilla desapareció
igual que la noche al día,
y en su lugar se dejó ver
aquella carita dormida,
que no dejó de soñar
y su sueño se transformó
en lo mejor de su vida.
Con mi amistad y cariño para tí Carlos. El poeta que en su día me regaló la forma más sencilla, para cambiar de actividad en la vida.
Un beso fuerte.
Lía