sábado, 31 de enero de 2009

SUEÑO

Río "Los Ángeles" a su paso por las inmediaciones de la localidad extremeña de El Casar de Palomero. 12.10.2008
Foto: Carlos Blanco


"CEREZO EN FLOR" HERVÁS (CÁCERES) 5/10/2008 Fotografía: Carlos Blanco Sánchez

POEMA GANADOR
I Premio Internacional de Poesía:
Excmo. Ayuntamiento de Casar de Palomero (Cáceres)
-El cerezo en todas sus manifestaciones- Abril 2008



SUEÑO


En Casar de Palomero
vivió un ser tan peculiar
que, emulando a Don Quijote,
no cesaba de soñar.

De día y de noche soñaba…
Menudo, enérgico, activo,
benévolo, laborioso
y, en ocasiones, altivo.

Soñaba sobre una roca,
a la sombra de un castaño,
y exhalaba por la boca,
cual dragón, un humo extraño.

A las gentes que habitaban
en Casar de Palomero
siempre su sueño contaba
y explicaba con esmero:

-¿Has “entendio”, paisano,
lo que te quiero decir?...
Y estrechándose la mano
su sueño empezó a surgir.

Y de ilusiones plantaron
valles, montes y laderas
y todas las primaveras
surgía un paisaje encantado.

Hoy lo anuncian los jilgueros,
los mirlos, los verdecillos;
que son siempre los primeros,
a la par que los tomillos.

Con el pasar de los años,
como cada primavera,
emergen, a borbotones,
cerezos por sus laderas.

Y engalanados de blanco,
acompañados de olivos,
se pavonean los cerezos
cuando vienen florecidos.

-¡Despierta!, madre… ¡Deprisa!...
Asómate hasta el balcón.
Siente en tu cara la brisa
que el amanecer dejó.
Respira profundo, madre…
¿Hay acaso algo mejor
que el aroma de este valle
cuando está el cerezo en flor?...

Aún la madre hoy le responde,
al final de su camino;
cuando ya el atardecer
lleva su sueño consigo:

-¡Lo he soñado y lo he vivido
tantas noches, junto a él!...
Yaciendo al lado, conmigo,
yo lo soñaba también.

Las copas de los cerezos
semejan trajes de novia
y emergen sobre los brezos
y traen hasta mi memoria
aquellas blancas nevadas
que, en blanco manto, ocultaban
canjilones de la noria.

Y se muestran presumidos,
mientras millones de abejas
a todos ellos cortejan
con monótono zumbido.
Al llegar el mes de junio
penden mil y una ilusiones
colgadas de los cerezos
como fruto de sus flores.

Miles de damas vestidas
de rojo, por los caminos
descienden, muy atrevidas,
y hacen al pueblo festivo.

Recorren sus callejuelas
haciendo ver al gentío
que sueño tan deseado
cada año se ve cumplido.

En villa tan distinguida,
entre olivos, jaras, brezos…
alguien soñó y dio su vida
por plantar estos cerezos.

-¡Despierta!, madre… ¡Despierta!...
que el cerezo ya está en flor.
Abre del balcón la puerta
que aquel sueño se cumplió.


Carlos Blanco Sánchez
Salamanca, domingo 24 de febrero de 2008