jueves, 6 de noviembre de 2014

Un hada en la almohada





Un hada en la almohada
-Poema para iniciarse en la búsqueda de estos seres-

 Las hadas se esconden
en cualquier lugar;
por eso son hadas,
ven y las verás.

 En la mermelada
que hay en la nevera,
con algo de suerte,
verás la primera.

 Hasta en la ensalada
que vas a comer,
se esconde otra hada,
fíjate muy bien.

 Aquí tienes una,
en la naranjada
y puedes ver otra
en la limonada.

 ¡Qué bien me lo paso
descubriendo hadas!
¿Seguimos jugando?
¡Estoy encantada!

 Las hay tan pequeñas
que no pesan nada
y las hay enormes,
de hasta toneladas.

Una, estoy seguro,
vive en Ponferrada
y otra, gitanilla,
sé que está en Granada.

 Podrás ver a una
en la madrugada,
otras están siempre
en las campanadas,
viven en camadas;
puedes encontrarlas
hasta en la fabada,
hacen digestiones
un tanto pesadas
y después se sienten
 muy malhumoradas.

Me gusta este juego,
pero estoy cansada;
seguiré buscando
pegada a mi almohada.
¡Qué bien lo he pasado!
Me voy a la cama.
Muchas, muchas gracias.

¡De nada, monada!

Ya estaba la niña
durmiendo en su cama;
cayó tan rendida que,
al poco, soñaba
y no se dio cuenta
que un hada velaba
sus hermosos sueños
en la misma almohada.

 ¿Caíste en la cuenta?
Ninguna es un hada y,
aunque lo parezcan,
viven camufladas
en muchas palabras,
pues con hache muda
se visten las hadas.

¡Ya me imaginaba
que ver tantas hadas
parecía imposible
pero, así era el juego
y no pasa nada.

 Si os gustó este juego,
seguidlas buscando,
yo, con tanta rima,
me estoy mareando,
las hay a patadas.
Tengo la cabeza
algo atolondrada.
Seguiré mañana.