lunes, 16 de noviembre de 2009

MARATÓN LITERARIO-MUSICAL EN
EL GRAN CAFÉ MODERNO DE SALAMANCA


Algunos de los miembros del Grupo Literario Salamanca Letra Contemporánea (SLC) en el Recital Poético-Musical que tuvo lugar en el Gran Café Moderno de Salamanca, con motivo de la MARCHA MUNDIAL POR LA PAZ Y LA NO-VIOLENCIA.
En la foto, de aqrriba a abajo: Celia Blanco Medina, Sofía Montero García,  María Santa Pérez Miguel, Luz Mercedes Orrego Morales, Benito González García, Soledad Sánchez Mulas,Toño Blázquez, Javier Ezpeleta (guitarra), Josefa Sánchez Sousa, Marcelino Alfonso Diosdado, Irene Sánchez, Roxana Sánchez Seijas, Isaura Díaz Figueiredo y Carlos Blanco Sánchez y muchos más...
Dos horas y media de recital, a pesar de que al día siguiente era lunes. Una tarde maravillosa por una buena causa: LA PAZ Y NO-VIOLENCIA, UN MUNDO SIN GUERRAS.


FIESTA PRIVADA CON AUTE

                    CON LUIS EDUARDO AUTE EN EL QUIMERA


Luis Eduardo Aute, junto a dos de los miembros de Salamanca Letra Contemporánea, Soledad Sánchez Mulas y Carlos Blanco Sánchez.

Pocos minutos después del concierto  en el CAEM, Luis Eduardo Aute llegó, con miembros de su equipo, a un bar de la Rúa, en Salamanca. En una fiesta privada organizada por Montserrat Villar y Nacho Serrano, Aute recibió un homenaje por parte de poetas pertenecientes a Letra Contemporánea y cantautores salmantinos.
Después de tres horas de concierto, con un público entregado a sus canciones y comentarios, Aute aún pudo con varias canciones más en un ambiente cálido y familiar.
A pesar de que, en menos de doce horas tenía que tomar el avión con destino a un nuevo concierto en Manrresa, Aute se resistía a marchar y "amenazó" con suspender el concierto pues, según sus palabras: "No soy merecedor de este recibimiento y estoy encantado de estar en Salamanca, con todos vosotros."

Este fue el poema que escribí para él y que, junto con otros miembros de Salamanca Letra Contemporánea, le regalamos, grabados en un CD. Espero que os guste:

A LUIS EDUARDO AUTE

Llegaban olas del mar
con su espuma plateada…
Eran versos que, al cantar,
Aute al agua los lanzaba.
Una tormenta de estío
vierte lluvias de pasión…
Son acordes de guitarra
que emanan del corazón.
Igual que canta un juglar
a un cielo lleno de estrellas,
surcan tus versos el mar
y dejan, detrás, su estela.
Suena una voz cavernosa,
insondable y atrevida…
Tus canciones, rosas rojas,
de esas que llevan espinas.

En la noche de los tiempos,
cual claro rayo de Sol,
entre tanto desaliento…
¡Quién no escuchó tu canción!
Duende, entre trastes metido,
osado, siempre, al cantar;
del todo comprometido
siempre por la libertad.
Un aluvión de canciones,
tras posarse en el bordón,
volaban por los rincones
soñando un sueño mejor.
Arte, en tu alma de artista,
revolotea por tus venas;
diapasón de una ventisca
que hace pequeñas mis penas.
Regala el mar caracolas,
a la arena, en su vaivén
y tus versos son las olas
al acariciar mi piel.
Dame tu voz de rapsoda,
que me preñe tu canción;
que inunde todas mis horas
hasta la puesta del Sol.
Oigo un cantar muy cercano
que el otoño me ha ofrecido…
¡Qué placer al encontrarte
por éste sendero, amigo!

Anaranjada la Luna,
muy lejos del naranjel,
por los campos de Castilla
va caminando en pos de él.
Una lluvia vespertina
inunda todos sus versos;
salpica, como un regalo,
terrenos yermos y secos.
Tuve el placer de cantar
al pinchar en los vinilos
y a punto de enamorar
apenas siendo un chiquillo.
Este sentido homenaje,
-mi querido cantautor-
llévalo como equipaje,
prendido del corazón.

Autor:
Carlos Blanco Sánchez