Foto: Celia Blanco Medina
A la Salamanca que me vio crecer
y, desde 2002, Capital Cultural Europea.
Ya veo emerger las cúpulas alzadas
al cielo azul de Salamanca mía,
dejé atrás Portugal ... vengo cansado ...
y ella aparece crepuscular, divina.
Me acerco a tí, callada y lentamente,
a susurrarte al oído: -¡Bonita!
mientras que tú, con tu romano peine,
te peinas en El Tormes, te remiras.
Me atraen a tí, doradas, solariegas,
como un imán, tus piedras, encantado;
dejo vagar mi ser en tu corriente ...
de tí soy preso, me tienes hechizado.
He vuelto a tí, querida Salamanca,
igual que tantas veces, a tu lado ...
si un día me voy, tú bien sabrás traerme,
el viento me dará, presto, el recado."
Ya veo emerger las cúpulas alzadas
al cielo azul de Salamanca mía,
dejé atrás Portugal ... vengo cansado ...
y ella aparece crepuscular, divina.
Me acerco a tí, callada y lentamente,
a susurrarte al oído: -¡Bonita!
mientras que tú, con tu romano peine,
te peinas en El Tormes, te remiras.
Me atraen a tí, doradas, solariegas,
como un imán, tus piedras, encantado;
dejo vagar mi ser en tu corriente ...
de tí soy preso, me tienes hechizado.
He vuelto a tí, querida Salamanca,
igual que tantas veces, a tu lado ...
si un día me voy, tú bien sabrás traerme,
el viento me dará, presto, el recado."
Autor: Carlos Blanco
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