PREGÓN DE LAS FIESTAS DE SAN BLAS 2004
(ALDEANUEVA DEL CAMINO)
Buenas noches a todos los presentes: aldeanovenses y foráneos.
Gran sorpresa fue para mí, cuando hace unos días se me invitó a ser el pregonero de las Fiestas de San Blas, patrono de Aldeanueva del Camino, esta hermosa y querida localidad cacereña. Todo un lujo y un honor inmerecido. Por todo ello, mi agradecimiento a las personas que en mí depositaron tal confianza.
Como muchos sabéis, vengo desarrollando mi labor docente en este pueblo desde 1995 año en el que fui destinado como maestro-especialista en Educación Física al C.R.A. “Vía de la Plata”. Mi recuerdo y cordial saludo a todos los compañeros y a mis alumnos y alumnas, muchos de ellos presentes en estos momentos.
No solo este aspecto de mi vida me une a Extremadura. Contaba yo con pocos meses cuando, en brazos de mi madre, me colé de puntillas por Aldeanueva, camino de Herrera de Alcántara, destino al que trasladaron a mi padre por cuestiones de trabajo. Allí aprendí a dar mis primeros pasos.
Ya en viajes posteriores y al atravesar nuevamente Aldeanueva, quedarían grabados en mi memoria aquellos álamos que, por frondosos, formaban practicamente un túnel a lo largo de una carretera que recuerdo con abundancia de baches.
Pero la vinculación de mi familia con Extremadura va más allá, por ser originarios de las comarcas del Rebollar y Argañán, al suroeste de la provincia de Salamanca, muy próximas a éstas tierras.
Por este cúmulo de circunstancias, mis padres, Juan y Julia, ya desde muy pequeño, siempre me inculcaron el cariño por ésta tierra y por sus gentes; resaltando, entre otras, vuestra generosidad, carácter alegre y emprendedor, así como honrados y esforzados trabajadores. ¡Qué razón tenían!
Remontarnos en el tiempo y enumerar acontecimientos notorios habidos en Aldeanueva del Camino a lo largo de su historia sería muy fácil, pero interminable. La Historia, está en los archivos y en los libros, al alcance de todos.
Muchas civilizaciones, personajes ilustres y de renombre estuvieron vinculados a éste pueblo: vettones, romanos, árabes y reyes como Alfonso XIII, quien a su paso por Aldeanueva en visita a Las Hurdes, tras el encuentro con Juan de Dios Calderón, anciano pastor de cabras, vecino del lugar, que vivía en Las Olivas y fue combatiente en Filipinas, pudo comprobar el carácter hospitalario y sencillo de sus gentes. De todo ello queda constancia en la obra titulada “Pastor y Rey” del querido escritor José Luis García Martín, quien transcribe las memorias de tan singular personaje y que os insto a que leáis por ser de gran interés.
Estrecha relación tuvo con Aldeanueva del Camino el gran poeta de la gente sencilla José Mª Gabriel y Galán, nacido en la localidad salmantina de Frades de la Sierra quien, en el Casino de la Unión y en merecido y popular homenaje, en diciembre de 1904 leyó su poema dedicado a éste pueblo y del que me permito entresacar los siguientes versos que todos conocéis:
...
“Aldeanueva del Camino,
qué bonita debes ser,
si como tienes la cara,
tienes el alma también”.
...
Amplio poema que finalizaba diciendo:
...
“Aldeanueva del Camino,
te quiero desde que sé,
que como tienes la cara,
tienes el alma también”.
De esta manera, lo que para el poeta, en un principio, era una impresión externa, se había convertido en una realidad, tras conocer las bondades interiores de éste pueblo. ¡Qué orgullo para vosotros!
De los contemporáneos, evitaré mencionar a los más recientes, por temor a omitir a alguno. Sin embargo, obligado es resaltar la figura de vuestro paisano D. Ángel Duarte Jiménez, escultor y pintor de prestigio internacional.
Centrándonos en tal día como hoy, se celebraban “Las Candelas”, preludio de la Fiesta de San Blas.
En amenas tertulias mantenidas con mi amiga y vecina Doña Aurelia Rodríguez Nieto, por muchos de vosotros conocida, por ser hija y maestra de Aldeanueva -cuando ya está próxima a cumplir los cien años-, en un alarde de memoria envidiable me contaba que en éste día, allá por 1912 la imagen de Nuestra Señora del Olmo era llevada en procesión por las calles de ésta localidad portando una vela encendida. Mal año se aventuraba -según la creencia- si al término de la procesión, la vela se hubiera apagado, pero un año colmado de venturas estaría por venir si la llama de la vela no se hubiera extinguido.
Abogo desde aquí por recuperar la tradición de Las Candelas, fiesta que recuerdo gratamente desde mi infancia. Aún conservo en mi retina la pareja de tórtolas que el cura D. José María, párroco del salmantino pueblo de La Alameda del Gardón -al que nos trasladamos desde Herrera de Alcántara-, soltaba dentro de la iglesia y que unidas a unas largas cintas -que servían para rescatarlas- revoloteaban haciendo que la chiquillería nos despistásemos de tan solemne acto que, a tal efecto, se llevaba en el altar.
Y al día siguiente, la fiesta grande: San Blas, cuyo nombre significa “arma de la divinidad”. Es uno de los santos con más fervor popular en todo el mundo. Este prestigioso médico, filósofo y estudioso de las Ciencias Naturales, nacido en Sebaste, ciudad de la actual Turquía -de donde llegó a ser obispo-, fue perseguido por predicar la religión cristiana y mandado decapitar por el gobernador de la ciudad al negarse a renunciar a sus creencias.
A pesar de que hizo muchos milagros se le conoce mundialmente por aquel en el que, siendo conducido a su martirio, sanó a un niño agonizante al que se le había clavado una espina en la garganta. Por ello fue escogido como el santo protector de los males que afectan a la misma. Así la costumbre de anudar al cuello una cinta o gargantilla bendecida en su nombre. Hay quienes utilizan un cordón para tal menester que, para el caso, sería igual, pero yo, si ustedes me lo permiten, soy más partidario de la cinta o gargantilla, por seguir con la tradición y por estar más ligada a mis recuerdos de infancia.
Recuerda también nuestra amiga que con motivo de ésta festividad, los soportales de todas las casas, en la plaza del Ayuntamiento y calles aledañas, se llenaban de infinidad de puestos ambulantes con zapatos, cestería, tejidos, alfarería y finas lozas, cencerros, sombreros -de Hervás-, todo tipo de herramientas, artículos de labranza, turrroneras de La Alberca, pimentón, frutas, curtidos, bollería y un largo etcétera que hacían las delicias de todos los asistentes venidos en gran número, por ser San Blas una fiesta muy grande en Aldeanueva del Camino.
Todos los miércoles, se celebraba un concurrido mercado de ganado, famoso en toda la provincia, incluso en las limítrofes y, cuando por destino del calendario, la festividad de San Blas coincidía en miércoles, la finca denominada El Rodeo, situada en los terrenos que actualmente ocupa el Centro de Salud y zonas próximas, acogía la más grande feria de ganado del año. En un principio era ganado de cerda, para posteriormente ampliarse a caballos, vacuno, caprino y ovino, entre otros. Los tratos se cerraban con las exquisitas patatas escabechadas y con coquillos (dulces hechos con harina, vino, aceite y laurel), como dos de las especialidades gastronómicas típicas de la población para honrar al Santo Patrón, así como migas, quesos, embutidos, aceitunas... todo ello bien regado con los excelentes caldos del lugar. ¡Para chuparse los dedos!
Vendedoras de frutas, quesos y leche, acostumbraban a bajar de la cercana Gargantilla -donde también desempeño mi labor como docente-, por ser ésta una localidad rica en dichos manjares. Por contra, competía Aldeanueva con sus ricos vinos, patatas y pimientos.
Misa concelebrada, por la mañana. Bendición de las cintas o gargantillas. Tras la procesión por las calles del pueblo, se hacía entrega de las ofrendas al Santo por parte de jóvenes ataviadas con trajes típicos. Para terminar, se cantaban y bailaban jotas que, aún hoy, podemos disfrutar. Luego, y ofrecidos por el Ayuntamiento, buenos vinos, gaseosa y exquisitos dulces. A continuación, la comida y, los días que duraba la fiesta, baile en sesiones de mañana, tarde y noche.
Cuando venía la luz, a las seis de la tarde, los presentes se iban a cenar y a las diez de la noche, de nuevo baile, hasta las doce, en que la mayoría se recogía a descansar.
Con la existencia de tres casinos: los de Aguilar, Pablete y La Unión, el personal estaba bien servido, amén de los bares y tabernas. En éste último, por aquellos años de comienzos del siglo XX, solían amenizar el baile dos ciegos venidos de Salamanca y que tocaban muy bien el violín, siendo reemplazados más tarde por una orquesta para deleite de la concurrencia mientras que, sentadas en el borde del escenario, las madres con hijas en edad casadera, vigilaban a éstas durante el baile.
Completaban el programa festivo importantes compañías de teatro como la de las “Hermanas Villas” que, venidas desde Madrid, suponían un aliciente añadido en tan populares fiestas.
Y tras evocar algunos acontecimientos, no muy lejanos, referidos a la Fiesta de San Blas y que deseo hayan servido para despertar en vosotros gratos recuerdos, aprovecho la oportunidad que me habéis brindado, para haceros entrega del poema titulado “ALDEANUEVA DEL CAMINO” que, como autor, dediqué a ésta localidad y que ya fue leído, con motivo del DÍA DEL LIBRO 2003 en el Salón de Plenos de este Ayuntamiento y en cuyo acto, los verdaderos protagonistas fueron todos los alumnos y alumnas del C.R.A. “Vía de la Plata”:
Pero la vinculación de mi familia con Extremadura va más allá, por ser originarios de las comarcas del Rebollar y Argañán, al suroeste de la provincia de Salamanca, muy próximas a éstas tierras.
Por este cúmulo de circunstancias, mis padres, Juan y Julia, ya desde muy pequeño, siempre me inculcaron el cariño por ésta tierra y por sus gentes; resaltando, entre otras, vuestra generosidad, carácter alegre y emprendedor, así como honrados y esforzados trabajadores. ¡Qué razón tenían!
Remontarnos en el tiempo y enumerar acontecimientos notorios habidos en Aldeanueva del Camino a lo largo de su historia sería muy fácil, pero interminable. La Historia, está en los archivos y en los libros, al alcance de todos.
Muchas civilizaciones, personajes ilustres y de renombre estuvieron vinculados a éste pueblo: vettones, romanos, árabes y reyes como Alfonso XIII, quien a su paso por Aldeanueva en visita a Las Hurdes, tras el encuentro con Juan de Dios Calderón, anciano pastor de cabras, vecino del lugar, que vivía en Las Olivas y fue combatiente en Filipinas, pudo comprobar el carácter hospitalario y sencillo de sus gentes. De todo ello queda constancia en la obra titulada “Pastor y Rey” del querido escritor José Luis García Martín, quien transcribe las memorias de tan singular personaje y que os insto a que leáis por ser de gran interés.
Estrecha relación tuvo con Aldeanueva del Camino el gran poeta de la gente sencilla José Mª Gabriel y Galán, nacido en la localidad salmantina de Frades de la Sierra quien, en el Casino de la Unión y en merecido y popular homenaje, en diciembre de 1904 leyó su poema dedicado a éste pueblo y del que me permito entresacar los siguientes versos que todos conocéis:
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“Aldeanueva del Camino,
qué bonita debes ser,
si como tienes la cara,
tienes el alma también”.
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Amplio poema que finalizaba diciendo:
...
“Aldeanueva del Camino,
te quiero desde que sé,
que como tienes la cara,
tienes el alma también”.
De esta manera, lo que para el poeta, en un principio, era una impresión externa, se había convertido en una realidad, tras conocer las bondades interiores de éste pueblo. ¡Qué orgullo para vosotros!
De los contemporáneos, evitaré mencionar a los más recientes, por temor a omitir a alguno. Sin embargo, obligado es resaltar la figura de vuestro paisano D. Ángel Duarte Jiménez, escultor y pintor de prestigio internacional.
Centrándonos en tal día como hoy, se celebraban “Las Candelas”, preludio de la Fiesta de San Blas.
En amenas tertulias mantenidas con mi amiga y vecina Doña Aurelia Rodríguez Nieto, por muchos de vosotros conocida, por ser hija y maestra de Aldeanueva -cuando ya está próxima a cumplir los cien años-, en un alarde de memoria envidiable me contaba que en éste día, allá por 1912 la imagen de Nuestra Señora del Olmo era llevada en procesión por las calles de ésta localidad portando una vela encendida. Mal año se aventuraba -según la creencia- si al término de la procesión, la vela se hubiera apagado, pero un año colmado de venturas estaría por venir si la llama de la vela no se hubiera extinguido.
Abogo desde aquí por recuperar la tradición de Las Candelas, fiesta que recuerdo gratamente desde mi infancia. Aún conservo en mi retina la pareja de tórtolas que el cura D. José María, párroco del salmantino pueblo de La Alameda del Gardón -al que nos trasladamos desde Herrera de Alcántara-, soltaba dentro de la iglesia y que unidas a unas largas cintas -que servían para rescatarlas- revoloteaban haciendo que la chiquillería nos despistásemos de tan solemne acto que, a tal efecto, se llevaba en el altar.
Y al día siguiente, la fiesta grande: San Blas, cuyo nombre significa “arma de la divinidad”. Es uno de los santos con más fervor popular en todo el mundo. Este prestigioso médico, filósofo y estudioso de las Ciencias Naturales, nacido en Sebaste, ciudad de la actual Turquía -de donde llegó a ser obispo-, fue perseguido por predicar la religión cristiana y mandado decapitar por el gobernador de la ciudad al negarse a renunciar a sus creencias.
A pesar de que hizo muchos milagros se le conoce mundialmente por aquel en el que, siendo conducido a su martirio, sanó a un niño agonizante al que se le había clavado una espina en la garganta. Por ello fue escogido como el santo protector de los males que afectan a la misma. Así la costumbre de anudar al cuello una cinta o gargantilla bendecida en su nombre. Hay quienes utilizan un cordón para tal menester que, para el caso, sería igual, pero yo, si ustedes me lo permiten, soy más partidario de la cinta o gargantilla, por seguir con la tradición y por estar más ligada a mis recuerdos de infancia.
Recuerda también nuestra amiga que con motivo de ésta festividad, los soportales de todas las casas, en la plaza del Ayuntamiento y calles aledañas, se llenaban de infinidad de puestos ambulantes con zapatos, cestería, tejidos, alfarería y finas lozas, cencerros, sombreros -de Hervás-, todo tipo de herramientas, artículos de labranza, turrroneras de La Alberca, pimentón, frutas, curtidos, bollería y un largo etcétera que hacían las delicias de todos los asistentes venidos en gran número, por ser San Blas una fiesta muy grande en Aldeanueva del Camino.
Todos los miércoles, se celebraba un concurrido mercado de ganado, famoso en toda la provincia, incluso en las limítrofes y, cuando por destino del calendario, la festividad de San Blas coincidía en miércoles, la finca denominada El Rodeo, situada en los terrenos que actualmente ocupa el Centro de Salud y zonas próximas, acogía la más grande feria de ganado del año. En un principio era ganado de cerda, para posteriormente ampliarse a caballos, vacuno, caprino y ovino, entre otros. Los tratos se cerraban con las exquisitas patatas escabechadas y con coquillos (dulces hechos con harina, vino, aceite y laurel), como dos de las especialidades gastronómicas típicas de la población para honrar al Santo Patrón, así como migas, quesos, embutidos, aceitunas... todo ello bien regado con los excelentes caldos del lugar. ¡Para chuparse los dedos!
Vendedoras de frutas, quesos y leche, acostumbraban a bajar de la cercana Gargantilla -donde también desempeño mi labor como docente-, por ser ésta una localidad rica en dichos manjares. Por contra, competía Aldeanueva con sus ricos vinos, patatas y pimientos.
Misa concelebrada, por la mañana. Bendición de las cintas o gargantillas. Tras la procesión por las calles del pueblo, se hacía entrega de las ofrendas al Santo por parte de jóvenes ataviadas con trajes típicos. Para terminar, se cantaban y bailaban jotas que, aún hoy, podemos disfrutar. Luego, y ofrecidos por el Ayuntamiento, buenos vinos, gaseosa y exquisitos dulces. A continuación, la comida y, los días que duraba la fiesta, baile en sesiones de mañana, tarde y noche.
Cuando venía la luz, a las seis de la tarde, los presentes se iban a cenar y a las diez de la noche, de nuevo baile, hasta las doce, en que la mayoría se recogía a descansar.
Con la existencia de tres casinos: los de Aguilar, Pablete y La Unión, el personal estaba bien servido, amén de los bares y tabernas. En éste último, por aquellos años de comienzos del siglo XX, solían amenizar el baile dos ciegos venidos de Salamanca y que tocaban muy bien el violín, siendo reemplazados más tarde por una orquesta para deleite de la concurrencia mientras que, sentadas en el borde del escenario, las madres con hijas en edad casadera, vigilaban a éstas durante el baile.
Completaban el programa festivo importantes compañías de teatro como la de las “Hermanas Villas” que, venidas desde Madrid, suponían un aliciente añadido en tan populares fiestas.
Y tras evocar algunos acontecimientos, no muy lejanos, referidos a la Fiesta de San Blas y que deseo hayan servido para despertar en vosotros gratos recuerdos, aprovecho la oportunidad que me habéis brindado, para haceros entrega del poema titulado “ALDEANUEVA DEL CAMINO” que, como autor, dediqué a ésta localidad y que ya fue leído, con motivo del DÍA DEL LIBRO 2003 en el Salón de Plenos de este Ayuntamiento y en cuyo acto, los verdaderos protagonistas fueron todos los alumnos y alumnas del C.R.A. “Vía de la Plata”:
ALDEANUEVA DEL CAMINO
Aldeanueva del Camino,
coqueta y acogedora,
de la Ruta de la Plata
eres perla por tí sola.
Te corona El Pinajarro,
bonita y pimentonera,
picarona y bulliciosa,
alegre, carnavalera.
El Valle de Ambroz lo tienes
por cromático vestido,
te peina el Puerto de Honduras,
te hace trenzados de olivo.
Y La Garganta Buitrera
te prende por la cintura,
el Río Ambroz besa tus pies,
gran dama de Extremadura.
Vestidita de domingo,
-geranios en los balcones-,
va San Blas en procesión,
con tamboril y mantones.
Nuestra Señora del Olmo,
la Iglesia de San Servando...
Aldeanueva del Camino:
soy tu novio enamorado.
-¡Ay!, Aldeanueva del alma,
Aldeanueva del Camino...
por lejos que yo estuviera
prometo soñar contigo.
No quiero finalizar sin hacer mención a la Reina de las Fiestas de San Blas 2004 Azahara González Sánchez y a sus Damas de Honor Sara García Franco y Ana Mª González así como al Sr. Alcalde-Presidente D. Dionisio Castillejos Rodríguez, como activo representante del Excelentísimo Ayuntamiento de Aldeanueva del Camino y al resto de la corporación municipal.
Un grato recuerdo para todos los hijos del pueblo, los ausentes y los que nos dejaron.
Epílogo:
FIESTA DE SAN BLAS
EN ALDEANUEVA DEL CAMINO
Maquilla, con pimentón,
Aldeanueva, tus mejillas;
que San Blas, nuestro patrón,
bendiga éstas gargantillas
y honrado, como merece,
nos proteja de por vida.
Que nos traigan Las Candelas
a San Blas nuestro patrón,
que la lluvia, si es que cesa,
permita la procesión;
que el dos mil cuatro rebose
-multiplicado por dos-
menesteres generosos
para éste bello rincón.
Que Aldeanueva del Camino
y todo el Valle de Ambroz
siempre tengan en San Blas
seguro benefactor.
(Poema escrito, por el autor, con motivo de este Pregón).
Muchas gracias y felices Fiestas de San Blas.
Aldeanueva del Camino, 2 de Febrero de 2004
Fdo.: CARLOS BLANCO SÁNCHEZ
coqueta y acogedora,
de la Ruta de la Plata
eres perla por tí sola.
Te corona El Pinajarro,
bonita y pimentonera,
picarona y bulliciosa,
alegre, carnavalera.
El Valle de Ambroz lo tienes
por cromático vestido,
te peina el Puerto de Honduras,
te hace trenzados de olivo.
Y La Garganta Buitrera
te prende por la cintura,
el Río Ambroz besa tus pies,
gran dama de Extremadura.
Vestidita de domingo,
-geranios en los balcones-,
va San Blas en procesión,
con tamboril y mantones.
Nuestra Señora del Olmo,
la Iglesia de San Servando...
Aldeanueva del Camino:
soy tu novio enamorado.
-¡Ay!, Aldeanueva del alma,
Aldeanueva del Camino...
por lejos que yo estuviera
prometo soñar contigo.
No quiero finalizar sin hacer mención a la Reina de las Fiestas de San Blas 2004 Azahara González Sánchez y a sus Damas de Honor Sara García Franco y Ana Mª González así como al Sr. Alcalde-Presidente D. Dionisio Castillejos Rodríguez, como activo representante del Excelentísimo Ayuntamiento de Aldeanueva del Camino y al resto de la corporación municipal.
Un grato recuerdo para todos los hijos del pueblo, los ausentes y los que nos dejaron.
Epílogo:
FIESTA DE SAN BLAS
EN ALDEANUEVA DEL CAMINO
Maquilla, con pimentón,
Aldeanueva, tus mejillas;
que San Blas, nuestro patrón,
bendiga éstas gargantillas
y honrado, como merece,
nos proteja de por vida.
Que nos traigan Las Candelas
a San Blas nuestro patrón,
que la lluvia, si es que cesa,
permita la procesión;
que el dos mil cuatro rebose
-multiplicado por dos-
menesteres generosos
para éste bello rincón.
Que Aldeanueva del Camino
y todo el Valle de Ambroz
siempre tengan en San Blas
seguro benefactor.
(Poema escrito, por el autor, con motivo de este Pregón).
Muchas gracias y felices Fiestas de San Blas.
Aldeanueva del Camino, 2 de Febrero de 2004
Fdo.: CARLOS BLANCO SÁNCHEZ